Mas balada triste de Radicheta : Unas cuantas cosas sobre la Union civica Radical

En una entada anterior, contamos varias cosas sobre la Unión Cívica Radical, o UCR. También conocidos como «Boinas Blancas», para mas adelante quedar bautizados como «La Radicha» y/o «Radichetas». Se trata de uno de los partidos políticos mas longevos en nuestra historia luego del Conservadurismo.

A diferencia del modelo europeo, los conservadores argentinos tienden a preservar las mas tradicionales formas sociales, mientras que en política económica tienden al liberalismo, y mas bien al capitalismo salvaje.

Durante décadas se llamaron a si mismos «Liberales», pero esa etiqueta la tenían mal puesta, y no les importó… total, tenían la manija y eso era lo que contaba. Si bien varias personas supieron bien la diferencia entre ser liberal y conservador de verdad hace ya tres siglos – uno de ellos fue Juan Bautista Alberdi – y se encargaron de publicar algo para que salgamos del malentendido, el dato estuvo bastante oculto.

En la historia mas reciente, durante los años 80s del siglo pasado, algunos intelectuales y periodistas especializados se encargaron de educar al soberano y finalmente nos explicaron que esto no era ser conservador ni liberal, sino mas bien hacer Neo conservadurismo. Este pensamiento tuvo un partido que fue la Unión de Centro Democrático, o UCeDe y en la actualidad, ese espacio lo cubre Propuesta Republicana o PRO. No les prometo nada, pero si un día estoy de humor y me documento bien, quizás les cuente mas del asunto.

Al punto, el radicalismo debe mucho de su origen y crecimiento a unas medidas Conservadoras a fines del S. XIX. Conviene arrancar por aquí para comprender de donde viene la madre del borrego. Ahí vamos.

Unión Cívica y Alem 

Esto parece una guia de calles del centro porteño, pero es mas bien la histeria de la interna conservadora a partir del 1890 y pico. Por aquellos años, habían quedado atrás esos presidentes fuertes como Sarmiento, Avellaneda, etc. Aun así, el sistema con fraude electoral todavía aguantaba. Así que, el poder lo podían repartir entre unas docenas de familias influyentes en todo el país, tal como era costumbre en esos días.

Un presidente conservador de turno, Miguel Juarez Cellman, fue quien llevó el modelo «liberal» hasta el extremo: El mismo y los suyos ni pagaban los impuestos. Hicieron negociados bien grandes, dejaron en default la deuda externa, produjeron inflación, y el error mas grande que cometieron fue no convidar los negocios a los demás clanes.

La unión cívica – podemos reducirla con la sigla UC – dirigida por Leandro N. Alem y Bartolome Mitre fue la reacción alérgica de los descontentos con la gestión Juarista. Juntaron influencias sobre parte de las fuerzas armadas, usaron como distintivo la boina blanca, y se sublevaron contra el gobierno de Cellman. En una entrada anterior, que se titula «Balada triste de radicheta» mencionamos un poco por arriba este episodio y sus resultados.

Aquí aprovechamos para corregir y ampliar ciertos detalles. El fracaso exitoso de la UC volteó a Juarez, pero no echó a los conservadores del poder. Recuperaron la manija, atajaron la crisis hasta donde pudieron, y para pacificar las cosas, hicieron pacto con Mitre.

Al final, esto fue lo que paso:

  • El fraude siguió por unos años mas, hasta la ley saenz peña. En paralelo, la UC se partió en dos: La Unión Cívica Nacional o UCN dirigida por Mitre
  • Y por su propio lado, la Unión Cívica Radical o UCR, dirigida por Alem. En este segundo grupo siguió el reclamo por temas que estaban en la constitución nacional y nadie puso en actos: comicios limpios, sistema político democrático republicano, etc.
  • La tarea de organizar el nuevo partido y mantenerlo limpio de trenza y transa agotó a don Leandro. Terminó pegándose un tiro. Esta ausencia favoreció a un familiar suyo, un tal Hipolito Yrigoyen. El se encargó de dirigir el radicalismo y hacerlo crecer y llevarlo finalmente al poder.

Al estrenar el siglo veinte, sucedió algo que la conserva no esperaba: el fin de la primera guerra mundial redujo las exportaciones. Al lamerse las heridas, Europa no tenia ni tiempo ni plata ni ganas de comprar carne argentina. Por necesidad y urgencia, hubo que meterse las ambiciones en el bolsillo, y hacer malabarismos con las cuentas nacionales. (Si…es la economía, ¡estúpidos!)

En paralelo, también había necesidad de controlar mejor el barullo en la calle. Ya no alcanzaba con mandar en cana, o redondamente partirles la crisma a los anarquistas o socialistas que protestaban. Venían creciendo demasiado. Había que atajarlos mas y mejor. con métodos más sutiles. Para corto y mediano plazo

Otro presidente conservador de turno, Roque Sáenz Peña, reformó finalmente el sistema electoral. Convocó a Yrigoyen para negociar este asunto, y ambas partes quedaron satisfechas. Peña esperaba que la reforma iba a beneficiarle. Pero le falló el horóscopo. A la primera de cambios, la UCR se presentó a elecciones y les ganó a los conservadores por afano.

¡Adelante, Radicales!

Finalmente, le tocó al radicalismo gobernar el país. Tuvieron dos presidencias consecutivas, pero nunca lograron hegemonía plena. Consiguieron algunos objetivos importantes pero parciales. También tuvieron que hacer malabarismos con la economía interna, el comercio exterior y la «pesada herencia recibida» del conservadurismo en la balanza de pagos. No voy a ponerme a contar en detalle las dos presidencias. Pero no por vago, sino porque ya hubo gente que las contó mucho mejor que yo, y no quiero aburrir.


No obstante, y solo a modo de repaso: los logros mas importantes de la primera fueron la reforma universitaria, que derivó en un nuevo régimen de gobierno en la Universidad de Buenos Aires o UBA; y el inicio del sistema previsional de jubilaciones, acotado a los empleados del estado; entre las cagadas mas graves, figura la semana trágica, donde una pequeña fuerza militar bien armada, enviada por la primera presidencia radical al sur del país, masacró a un grupo anarquista. La segunda tuvo como logros el inicio del desarrollo petrolero, un proyecto de la primera. También el inicio de la industria automotriz, y profundizar sobre la iniciativa del banco de la nación. Para saber mas de esto, recomiendo googlear.

Yrigoyen vs. Alvear – la primera Internitis

Mientras ascendió, y mas todavía cuando estuvo en el poder, el radicalismo tuvo algunos problemas de organización interna. Muchos periodistas especializados opinan que todavía los padece. Dicen algunos que la UCR al nacer nunca tuvo filosofía política bien definida, mas allá de sus reclamos cívicos. Otros expertos señalan que Alem buscaba formar un partido orgánico, moderno y masivo. El fundador del radicalismo escribió sobre cuatro banderas a seguir: Libertad política, Honradez administrativa, Impersonalidad de la coalición, y Sentimiento nacional. Sus continuadores siguen al día de hoy estos principios.

Pero como siempre hay un pero, Hipolito Yrigoyen puenteó eso de la impersonalidad, y derivó en un estilo dirigista, verticalista, manteniendo sin tocar el resto y haciéndolo cumplir. Sus defensores sostienen que se fue del poder pobre como lo recibió. Sin embargo, en su biografía oficial esta comprobado que antes de ser un político importante, fue un estanciero bastante exitoso. Se cuenta que Hipolito Yrigoyen estudiaba principios de un pensador alemán, Krause. Y no se sabe del todo si eso influyó en su modo de gobernar.

Quizás podemos justificar un poquito al «peludo» – tal su apodo – Yrigoyen conque los presidentes conservadores anteriores eran «hombres fuertes», que controlaban todo, y consultaban nada o poco a propios y ajenos. Quizás podamos justificar un tanto mas, diciendo que su gestión fue profundamente reformista y llegó hasta el fondo en algunos casos. También podemos agregar que logró convertir al radicalismo en un partido bien popular y masivo.

Pero justificar no significa perdonar. Y el segundo presidente radical, Marcelino Torcuato de Alvear, no perdonó. Proveniente de una familia tradicional, estuvo con Alem y el «peludo» desde el inicio. Fundó la corriente interna del Antipersonalismo, y quizás podemos bautizarlo como el «pelado». Lo suyo fue continuidad, pero con algunos cambios.

Dicho en criollo: Yrigoyen fue un caudillo, mientras Alvear fue parecido a un actual lobbista. Uno llevó al partido y al gobierno como un local atendido por su propio dueño. El otro llevó al partido y al estado con rosqueos en el parlamento y los comités. Al interior del partido, desde aquellos días hasta la actualidad, se formó lo que yo llamo «internitis», una suerte de enfermedad crónica, perfectamente tratable. La internitis ocurre cuando el debate interno de cualquier partido queda mal resuelto, y se arruina la organización y la gestión. Las veces en que se los radicales se dividieron en corrientes internas fueron tantas ya, que a propios y ajenos se les ha revuelto el estomago.

Y lo que es peor; en mas de un caso, se les piantaron los votos, y por miopía no lograron explicarse el porqué. Cuando no tuvo el poder, y a veces también cuando lo tuvo, la UCR se abrió al debate interno y la alianza con otras fuerzas. En alguna ocasión, llegaron a aliarse con sus enemigos tradicionales – los conservadores – solo por oponerse al peronismo.

Un problema no menor para ellos es que en muchas elecciones internas, sus lideres no ceden para luego sumarse al que gana, tal como corresponde en estos casos: todos quieren ser cabeza de león y no cola de ratón mientras persiguen la quimera.

En las veredas de enfrente, los otros movimientos políticos tenían un programa, con gorro, bandera y vincha: Los anarquistas tenían libros de Prouhdon; los socialistas y comunistas, Marx, y demás autores. En una entrada viejita llamada «peronismo explicado para dummies, primera parte» dedicamos espacio a este detalle en la sección «lo que había antes». Esa sección se enfoca en el mundo laboral, pero incluye ideas mas generales a propósito de pensar y gobernar un país. Y tal como señalamos en ese texto, los gobiernos conservadores se encargaron mayormente de eliminarlos de la escena nacional.

La UCR modelo años 20s cubrió las demandas sociales propias de su época hasta donde pudo… hasta que el primer gobierno de facto los borró del mapa. Esto, shaibb.. es otra historia y ya la contaremos otro día.

Cien años flojos de papeles

En otra entrada (ver «Acertijos en la oscuridad») definí que la UCR viene floja de papeles. Ese texto apunta a los tiempos que corren; pero estos tiempos actuales no son así porque así nomas; vienen corriendo hasta acá desde hace rato. Cuentan que hay varias formas de averiguar la calidad de las gestiones, ya que en estado de derecho, entre partidos siempre hay un sistema de alianzas y pactos que sirve para ordenar las cosas y conseguir objetivos. Mas arriba mencionamos algo de eso.

Sin embargo, hay una manera mas eficaz de poner a prueba el asunto. ¿Cuantas veces gobernaron los radicales, con mandato completo? Respondamos en criollo: es corta la bocha… fue solo dos veces. El resto, fue peruca y milicos. Sin contar gobernadores, intendentes o legisladores, donde tienen algo mas de kilometraje al día de hoy, los únicos mandatos completos fueron de Yrigoyen y Alvear. El resto de las oportunidades que tuvieron, las perdieron de alguna manera. Presidentes radicales como Illia y Frondizi fueron derrocados por golpes de estado.

Y aún con todo lo que vale su figura, un presidente radical como Raul Alfonsín renunció luego de cinco años y medio, con la economía del país destruida. Para negociar su salida, antes pactó con el líder del peronismo, le habilitó una reforma constitucional, y finalmente firmó el libro de pases para irse.

Otro radical, Fernando De La Rua, fue quien menos duró: Apenas dos años en un gobierno de coalición, donde antes que el renunciaron sus aliados y lo dejaron solo en medio de una crisis económica. Antes de salir escapando en helicóptero, declaró un estado de sitio que pronto derogaron en el congreso. Y el resto, shaibb, es otro cuento.. otro día se verá.

La comodidad de ser opositor

Perdonen la redundancia, ya que voy a repetir la palabra «saludable» unas cuantas veces. Que alguien señale y denuncie (incluso penalmente) las cagadas que se manda el gobierno de turno, es saludable. Que alguien señale los buenos valores necesarios para el sistema, es saludable. Que alguien se presente como alternativa a los de siempre, es saludable.

Ahora, perdonen la repetición, ya que voy a decir «Pero lo que no» varias veces. Pero lo que no, es que a la primera de cambios se retiren, dejando vacíos de legitimidad; y lo que es peor para ellos, vacíos de poder de los que les cuesta recuperarse. Pero lo que no, es que se reduzcan a un ejercicio retorico de la política, sin mucho mas que el discurso critico. Son fuego y azufre contra los corruptos y los ignorantes. Pero es difícil tener una posición critica para con los demás, sin primero ser autocríticos. En una entrada viejita, que se llama «Data inútil sobre el doble discurso político» hablamos justamente de esta clase de asuntos.

Cuando no tiene el poder, el radicalismo desarrolla una gran capacidad para medir la distancia del dicho al hecho en la vereda de enfrente. Y les saca la ficha con exactitud a los peronistas. Pero ni lerdos ni vagos, desde la otra vereda les hacen recordatorios de todas las veces que nunca resolvieron nada y solo revolvieron indignaciones.

Dicho en criollo, los radicales tienden a cuestionar hablando en ético, mientras el peronismo les retruca en pragmático; y en la discusión, ganan a veces por ser políticamente correctos. Pero igual, marchen presos: A nadie se escapa que mandaron dos veces nada mas, y que en la historia mas reciente nunca resolvieron una crisis económica.

El chiste es que la UCR – maltratada por los eventos, pero también dañada por malas decisiones propias – actualmente parece formateda para ser un eterno partido de cogobierno. De hecho, hay consenso acerca que los radicales no están capacitados para gobernar nunca más nuestra nación. Honestamente, tengo sentimientos encontrados al respecto.

Hay veces en que eso me parece acertado, y otros dias no coincido con ese punto de vista. Empecemos por el hecho que cumplir los mandatos no necesariamente es garantía de buen gobierno. (hemos tenido mandatos bien completitos de los perucas, y al final dejaron hecho mierda al pais: busquen carlos saul menem, sino ) Pero también pongamos las cosas en su lugar, y veamos que completar los mandatos es señal de buena salud y continuidad del sistema. 

Cuando los radicales huyen, no dan buenas señales a propios ni a extraños. Es la falta de alternancia, de diversidad, lo que revienta las cosas.  Y por la buena salud de todos los partidos politicos, el radicalismo no tiene porque morirse solamente porque cualquiera que vivio un par de gobiernos malos – y yo los vivi, lo se por experiencia – se le ocurre que debe ser asi.

Si tiene que desaparecer, deberá ser porque se agote desde dentro. Deberá ser en un momento que un presidente del partido decida disolverlo. Pero desde afuera, no. Para algunos – entre los que me incluyo – ser oposición tal cual lo lleva la UCR es relativamente una postura cómoda; desde fuera de la responsabilidad de gobernar, es bastante facil ser critico. Desde dentro, con las papas calientes en las manos, la cuestion es bien otra. Gente como Yrigoyen y Alvear supieron manejarse con estos temas. ¿Por que no pueden los actuales radicales pensar asi?
Esperemos que con la llegada de un nuevo siglo, las cosas vayan mejor.

tato

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